Hazlo por nosotros, tú que aún puedes ~ Bioblogia.net

18 de diciembre de 2015

Hazlo por nosotros, tú que aún puedes

(Aunque sigue siendo relevante, escribí este artículo en 2016, tenlo en cuenta a la hora de leerlo👌)

¿Quieres trabajar en investigación?

Pues ya sabes: estudia mucho, saca buenas notas, colabora en algún departamento, intenta publicar algún trabajo, aprende inglés... Ya hemos hablado por aquí en varias ocasiones de todas esas cosas que puedes hacer para mejorar tus posibilidades de conseguir trabajo (Ej.: 1, 2, 3, 4).

Pero tenemos un problema.

No importa cuánto mejores tu curriculum: Si a tu país no le interesa la ciencia, lo vas a tener muy difícil para encontrar trabajo como científico.

Allá por 2007-2008, la ciencia no pintaba tan mal en España. Por aquel entonces, la Nature nos dedicaba editoriales, ensalzándonos como una nueva e incipiente superpotencia investigadora.

"A new silver age?"
"A Spanish Revival"

A la sazón, yo tenía un curro estupendo de biólogo, trabajando en conservación con dulce horario de funcionario. Mi sueldo no era gran cosa, pero me lo pasaba en grande. Recuerdo múltiples días en el trabajo en los que un amigo y yo rompíamos a reír, sólo de pensar en nuestra suerte.

Y, sin embargo, la Ciencia me llamaba, tentadora, y, al calor que da una década continua de aumentos de presupuesto, brotaban por aquel entonces numerosas oportunidades en investigación.

Como seguía actualizando más o menos diariamente este blog, estaba al día de aquellas oportunidades, y un día solicité una oferta de doctorado con pajaritos en Barcelona que no pude dejar pasar.

A las pocas semanas me vi en una alegre tesitura, que dediqué a la memoria de aquellos que decían que estudiar biología equivalía a inscribirse en la cola del paro: No sólo me ofrecieron el doctorado en Barcelona, sino que aquella misma semana recibí otra oferta de trabajo como guía en el Parque Nacional de Monfragüe.

¡Todo esto desde la atalaya de mi curro estupendo de biólogo! Tenía tres empleos para elegir. ¡Increíble!



Tras meditarlo mucho, decidí arriesgarme con el doctorado, y marché ilusionado a Barcelona.

Desafortunadamente, por esas fechas empezaba a ennegrecer nuestras orillas el chapapote de las hipotecas subprime. La famosa crisis.

Nuestro gobierno reaccionó tarde y mal, algo inevitable cuando la planificación siempre es a cuatro años vista. Con esa mentalidad cortoplacista, primero aquel gobierno, y más tarde la oposición, fueron podando a hachazos nuestro Arbor Scientiae, desoyendo los agónicos lamentos de la comunidad científica.

La Nature volvía a escribir sobre nosotros, esta vez en otro tono:

España manda al carajo a su Ministerio de Ciencia* traducción libre
Los cambios en España son el suicidio científico
Los científicos denuncian recortes: Riesgo de fuga de cerebros

Para cuando tocamos fondo yo ya me había marchado del país.

No porque me echasen, he de decir. Tener experiencia laboral en laboratorios extranjeros era - y sigue siendo- algo necesario en el curriculum científico. La diferencia es que antes de la crisis todavía se nos incentivaba a ello con ayudas, becas y bolsas de viaje durante el doctorado, y eso nos permitía “poner el pie en la puerta”: Obtener contactos, referencias, e incluso, con algo de suerte, apalabrar un contrato al acabar la tesis doctoral.

Sin embargo, hoy en día, muchos de mis colegas más jóvenes ya no tienen acceso a esas ayudas, y es muchísimo más difícil para ellos conseguir un contrato en el extranjero “a pelo”, sin haber podido visitar antes el laboratorio, ni haber podido demostrar su valía. Pero como en España tienen aún menos posibilidades, no les queda otra que emigrar, y trabajar en lo que sea hasta que surja la oportunidad.

De todas formas, el problema más gordo no es que nos vayamos. Es que no podremos volver, aunque queramos, en mucho tiempo. Ni los que nos fuimos voluntariamente, ni los que ahora están siendo efectivamente expulsados.

Y esto es muy triste. No porque en EE.UU. no tengamos jamón, en Suecia echemos de menos el sol, o porque en Alemania sea tan complicado encontrar una fregona. Por nosotros no os preocupéis, en realidad aquí afuera no se está tan mal. Al fin y al cabo, los que nos fuimos éramos los sobradamente preparados, y sabremos buscarnos las habichuelas donde sea.

Lo verdaderamente triste es que a este paso en España sólo van a quedar cuatro gatos. Envejeciendo frente al televisor, y discutiendo en el bar sobre qué cacique local representa mejor los colores y sentimientos de sus múltiples banderas.

Sé que es difícil justificar la importancia de la ciencia, especialmente la ciencia básica. Los resultados tardan años en llegar, y muchas veces no tendrán una aplicación práctica directa.


Para los gobernantes puede ser mucho más seguro invertir en algo que dé resultados más tangibles y rápidos. La construcción es un ejemplo típico: da trabajo inmediato a mucha gente, lo cual activa la economía más rápido (a tiempo para las siguientes elecciones).  

Y sin embargo, todos sabemos que la I+D sería una mejor inversión a largo plazo. Lo dicen hasta aquellos que más nos han hecho apretarnos el cinturón:


¿Adivinas qué país me paga actualmente mi sueldo de científico?
En realidad, para que los gobernantes decidieran invertir más en I+D, sólo tendríamos que pedirlo. 
Con nuestro voto.

Yo lo he intentado, pero no me han dejado.

Por alguna misteriosa razón, al gobierno no parece no interesarle que los expatriados votemos.

Este año me enfrenté por primera vez al “voto rogado”, un injusto e ineficiente sistema para los españoles que residimos fuera de España. El proceso es tedioso y ciertamente más complicado que el voto normal, pero una vez entendidos, los trámites no son difíciles de cumplir. Lo que es imposible de cumplir son los plazos. 

Yo lo solicité todo diligentemente el primer día y el personal del consulado me ayudó a agilizar los trámites en la medida de lo posible (los trabajadores de embajadas y consulados han sido siempre unos profesionales magníficos, al menos según mi experiencia). Pero no fue posible, hace unos días se terminó el plazo y aún estoy esperando las papeletas... 


Ahora, nuestra única opción eres tú.

Quizá tú, joven lector, estés tan harto del tema político que ya hayas decidido no votar el próximo domingo, o votar en blanco o nulo.

La verdad, no me extraña, con la que está cayendo... qué pereza confiar en los políticos. Sin embargo, no votar de forma activa se traduce básicamente en dejar que otros decidan por ti.

Eso debería darnos mucho miedo. Mira este video.



Entonces, ¿a quién voto?

Yo no te puedo decir a quién votar, faltaría más. Lo que quiero intentar es ayudarte a conseguir una opinión informada antes del domingo (siento hacerlo tan tarde, por cierto. Ahora mismo estoy intentando acabar de escribir esto en un avión de camino a Suiza, y llevo dos noches de jetlag sin dormir).

No te agobies, aunque parezca mucho trabajo, estoy seguro que en un par de horas de lectura puedes conseguir una opinión mejor informada que un (probablemente) alto porcentaje de la población. Y creo que merece la pena.

Programas electorales


Leerse los programas es un coñazo, máxime cuando sabemos que estos documentos no son típicamente vinculantes. Aún así, nos pueden dar una idea de por donde van los tiros para cada partido...

“Si a pesar de todo persistimos en la nefasta manía de querer leer los programas y buscamos en ellos lo referente a ciencia es que claramente somos personas raras o científicos. Ambos calificativos suelen coincidir en el sujeto.”
Si te animas, aquí tienes un montón de programas electorales.

Tests electorales

Otra forma muy eficiente y rápida de conocer las ideologías de los distintos partidos es hacer estos tests:
No te quedes sólo con el resultado. Cuando una pregunta te interese, compara tú mismo los programas de los partidos que mejor coincidan con tu opinión. Seguro que descubres cosas que no esperabas de muchos partidos. ¿La razón? Nos fiamos demasiado de las primeras impresiones.

Controlar el sesgo partidista

Los partidos políticos usan agresivas estrategias de marketing para ganar el mayor número de votos. Como somos personas ocupadas, no nos fijamos mucho en los detalles, y tendemos fácilmente a opinar simplemente por impresiones generales. 

Los anuncios en campaña electoral apelan a esta debilidad: son anuncios emotivos, o graciosos, donde los candidatos sonríen para que confiemos en ellos instintivamente. La única forma que tenemos de contrarrestar esta manipulación es esforzarnos en informarnos lo mejor posible.

Política y Ciencia

Aquí te dejo algo de información específica sobre la opinión de algunos partidos sobre Ciencia.

La fundación Cotec organizó recientemente este debate sobre ciencia entre representantes de PP, PSOE, C's, Podemos, IU, UPyD y Unió.


Trata de leer siempre con actitud crítica, pero también con la mente abierta. Ahí fuera hay mucha gente que lleva pensando estos temas mucho más tiempo que nosotros, así que siempre hay oportunidades para aprender.


Gracias

Si has llegado hasta aquí, tienes todo mi respeto. Si además has decidido votar este domingo, y te has esforzado en obtener una opinión informada, te lo agradezco de corazón. Es posible que votando con la cabeza estés contribuyendo a que muchos de nosotros, científicos o no, podamos volver a España algún día con un trabajo (y un país) mejor.








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