Trabajar como biólogo en Australia: Te cuento mi experiencia ~ Bioblogia.net

29 de julio de 2015

Trabajar como biólogo en Australia: Te cuento mi experiencia

(El que sigue es un texto basado en mi experiencia personal. Si sólo te interesan las ofertas de trabajo, las encontrarás al final de la entrada.)

Como seguro sospechas después de leer el título, me encuentro ahora mismo en Australia, donde estaré trabajando durante las próximas semanas en un proyecto de investigación sobre ecología marina.

Usando los ratitos entre experimentos, he intentado escribir un poco acerca de lo que hago aquí, ya que ésta es una típica (más o menos) experiencia laboral de biólogo.

¿Dónde estoy?

Me encuentro a unos 50 km de Townsville, en Northern Queensland, al noroeste de Australia, justo al lado de la Gran Barrera de Coral. Concretamente, en las instalaciones del Australian Institute for Marine Science (AIMS). La foto que os muestro a continuación lo resume todo muy bien.

National Sea Simulator


El entorno es ideal. El AIMS está enclavado en el corazón del parque nacional Bowling Green Bay, a la orilla misma del Mar del Coral.

Estamos rodeados de la asombrosa naturaleza australiana, incluyendo los adorables ualabís Macropus agilis (que son como minicanguritos) o las divertidas y estridentes cucaburras Dacelo novaeguineae, como ésta que nos despierta cada mañana.

Dacelo novaeguineae
¡Despertad, malditos!
En la foto parece muy tranquila, pacífica y achuchable... pero tendrías que oírla berrear junto a la ventana!

Casi literalmente, vivimos en el centro de investigación, ya que nos alojamos en una de las casas que el Instituto pone a disposición de los investigadores visitantes.

No nos podemos quejar: tenemos vistas al mar y cada mañana nos entretenemos en intentar avistar ballenas jorobadas Megaptera novaeangliae mientras desayunamos.

house 1 at AIMS-Townsville
Nuestro hogar australiano
Aquí es ahora invierno, pero a estas latitudes tropicales la temperatura se mantiene a unos agradables 20-25 grados, el sol brilla pero no castiga, la suave brisa marina nos susurra leyendas de sirenas al oído... Vamos, mucho mejor que el asfixiante verano texano.

Todo esto suena maravilloso, ¿verdad? No me grites de envidia aún, porque esto de vacaciones tiene muy poquito...

Normalmente intentamos compaginar estos viajes con algo de turismo biológico, pero esta vez hemos venido sólo a trabajar, desafortunadamente :-(, y la mayor parte del día la pasamos en un laboratorio sin ventanas, esclavos del cronómetro y el Excel.

Este es todo el turismo q voy a hacer esta vez: Si forzáis un poco la vista, podréis distinguir allí al fondo el Harbour Bridge y la famosa Ópera de Sydney.

¿Qué estoy haciendo aquí? ¿En qué consiste el proyecto?

A no ser que vivas en Escandinavia, donde parece que hace frío por decreto ley, probablemente este año haya sido inusualmente caluroso también en tu pueblo o ciudad. El calentamiento global y la desestabilización del clima son algunos de los efectos más famosos del continuo incremento de la concentración atmosférica de CO2 y otros gases, a causa de nuestras humanas y modernas actividades.

Otra consecuencia que no sale tanto por la tele es que mucho de este CO2 acaba en el océano. Eso en principio no es malo, o al menos, como dice mi abuela, no es malo si se hace con moderación.

Últimamente, sin embargo, parece que la cosa se nos va de las manos, y tanto CO2 disuelto en el agua está produciendo algunos cambios importantes. Por ejemplo, el océano se nos está volviendo ácido.

Como te puedes imaginar, a la vida marina esta acidez no le debe estar sentando muy bien, y ya estamos percibiendo efectos en todo tipo de organismos. 

Algunos de estos efectos son los que estamos estudiando nosotros, aquí en Australia. Concretamente, estamos intentando explicar ciertos cambios en el comportamiento de peces de arrecife expuestos a niveles elevados de CO2 que, según distintas proyecciones, el océano alcanzará previsiblemente en las próximas décadas.

climate change affects us all
Nos avisan hasta con imanes en el frigorífico del lab, para que no nos olvidemos.
Aquí en AIMS llevan ya un tiempo estudiando este proceso de acidificación, poniendo especial atención a lo que puede estar pasando en la Gran Barrera de Coral. Para investigar éste y otros procesos, en 2013 el gobierno australiano rompió la hucha y empleó 35 millones de dólares en construir un acuario técnicamente espectacular, casi de ciencia ficción: El National Sea Simulator, cariñosamente conocido como SeaSim.

En estas instalaciones con nombre de videojuego, los científicos pueden controlar múltiples variables de interés: la temperatura del agua, el pH, niveles de oxígeno, iluminación, salinidad...

La doctora Pineda es una de las científicas que desarrolla su investigación en el SeaSim. Mari Carmen compartió universidad conmigo en Barcelona y defendimos la tesis casi el mismo día. Ahora yo vivo en USA y ella en Australia... vivan las migraciones de los biólogos! 

Mari Carmen lleva dos años trabajando en AIMS, investigando el efecto de los sedimentos en las esponjas. Aquí en Australia hay varios proyectos gordos en marcha que implican el dragado de miles de metros cúbicos de fondo marino para ampliar puertos o para crear canales, para que los barcos puedan acceder a las instalaciones de gas natural.

Mari Carmen Pineda
Mari Carmen y sus bichitos marinos
WAMSI, una institución de ciencia marina de Australia Occidental, ha reunido fondos (unos $20 millones de nada...) para estudiar los efectos del dragado en el fondo marino y en algunos de sus habitantes mas emblemáticos.

Mari Carmen, en el marco de ese proyecto, está exponiendo diferentes especies y morfologías de esponjas a las presiones derivadas del dragado (sedimentos en suspensión en la columna de agua, reducción en la luz disponible debido a la turbiedad, y acumulación de sedimentos en la superficie de las esponjas), para encontrar sus limites de tolerancia y contribuir así a una mejora de las políticas de monitoreo del dragado en Australia.

De momento, las esponjas se están mostrando muy resistentes a estas presiones, aunque aun falta por estudiar sus respuestas a largo plazo y cómo reaccionan otros estadios más sensibles como las larvas o reclutas.

Stylissa flabelliformis resistiendo como una valiente.
El proyecto en el que yo estoy colaborando no usa directamente el SeaSim, pero tenemos acceso a muchas de sus ventajas, como, por ejemplo, el flujo constante de agua marina ultrafiltrada a temperatura controlada, o el apoyo logístico de avezados ingenieros para no perdernos entre tanta tubería, conexión y tecnología...

Eduardo Arias SeaSim
Edu poniendo orden en el maremágnum eléctrico-acuático
Uno de estos McGyvers es Eduardo Arias. Edu es otro viejo amigo de Barcelona que también está echando una mano en el SeaSim, asegurando que todo funciona correctamente.


Lo cual es todo un reto, ya que el SeaSim utiliza la barbarie de 43 bombas extractoras, que mueven 3 millones de litros de agua marina cada día. Toda esta agua se filtra a 0.04µm, se reparte por tropecientos mil conductos a todos los laboratorios, y su calidad se monitoriza en tiempo real, alertando inmediatamente (por SMS!) de cualquier cambio en los valores requeridos.

¿Cómo es nuestro día a día en el trabajo?

Trabajar aquí es una gozada. Como ya te contaba, las instalaciones están rodeadas por un parque nacional, pero además el recinto está lleno de zonas verdes y muchos árboles.

De los árboles nos llegan los sonidos y colores de bandos de aves exóticas (al menos, exóticas para un europeo, claro). Aparte de las cucaburras, se ven muchísimos loris arcoiris (Trichoglossus haematodus) y cacatúas de moño amarillo (Cacatua galerita) como la de este video que hice la otra tarde:



En los prados del recinto pastan los ualabís (yo los llamo “Uala nens”). Aquí puedes ver a un par de machos, moviendo feroz guerra por un palmo más de hierba.


Me escapo del laboratorio para observarlos de vez en cuando, en los ratitos libres de entre 4 y 6 minutos que tengo entre test y test. Aunque a veces debo usar mis valiosos minutos libres para comprobar que el pH experimental se mantiene donde debe, o para hacer etiquetas... o para ir al baño, porque con tanto ruido de agua corriente parezco un abuelete prostático.

(Me temo que también estoy sacrificando muchos de mis apreciados minutos en escribir esta entrada, así que espero que te resulte interesante o, al menos, te entretenga el café...)

¡En AIMS tienen hasta playa privada! Del laboratorio a la arena tardo 6 minutos, lo cual, desafortunadamente, queda un poco en el límite de mi radio de acción. De todas formas, el otro día conseguí escaparme a última hora de la tarde para hacer esta foto.

AIMS beach

En la próxima entrevista de trabajo no te olvides de preguntar si ofrecen playa de empresa.

Es una pena no poder ir más, porque es una playa bastante emocionante: Hay tiburones, cocodrilos, serpientes marinas, enormes medusas mortales...


Marine stingers sign
Instrucciones por si dejas de respirar o se te para el corazón
Pero bueno, ya hemos dicho que aquí hemos venido a trabajar... 

Y eso es lo que hacemos durante la mayor parte del día en esta pequeña habitación sin ventanas, observando y grabando en montones de videos el comportamiento de pequeños pececitos de arrecife en diferentes situaciones.

AIMS lab
Aquí trabajo yo, triste, cuitado, que ni sé cuándo es de día ni cuándo las noches son.
Al final del día, ya en casa, analizamos los videos de los experimentos usando programas informáticos de medición de comportamiento, que determinan, más o menos automáticamente (cuando no se ponen informáticamente tontos) variables como la actividad (si los peces se mueven mucho o poco), o las zonas donde prefieren moverse (por ejemplo si prefieren nadar en áreas más o menos oxigenadas, o más o menos alejadas de un predador...).

Dependiendo de los resultados que vayamos obteniendo, o los problemas logísticos que nos encontremos, optimizamos los protocolos o, si se tercia, diseñamos nuevos experimentos para el día siguiente.

He de confesar que últimamente me estoy escaqueando a medio análisis, dejándolo en las mucho más capaces manos de mis compañeras. Pero es que alguien tiene que cocinar algo, porque si fuera por ellas, ¡estaríamos todo el día a base de crackers y fideos chinos!

Mis compañeras son suecas y pueden sobrevivir haciendo la fotosíntesis con el sol australiano, pero yo necesito una buena alimentación para liberar todo el potencial de mi genialidad científica.


Bicheando en Australia

Trabajamos todos los días, ya que nuestro tiempo aquí es muy limitado (y caro), y cada dato que podamos conseguir es valiosísimo. Pero aunque nuestro horario de trabajo es bastante intensivo, por la noche los peces tienen que descansar. 

Y como aquí estamos totalmente aislados de la civilización, no queda mucho por hacer... Excepto si eres un poco biofriki. Entonces estás en el lugar ideal :D

Al fin y al cabo, ¡esto es Australia!

Así que cada noche, después de solventar la crisis que toque en el lab, terminar los análisis y preparar los protocolos del día siguiente, nos pertrechamos con nuestras linternas y cámaras y nos vamos a explorar los alrededores.

Bichear en Australia tiene la emoción extra de que cualquier cosa que encuentres debajo de una piedra te puede mandar al hospital. O cualquier cosa encima de una piedra...

¡Aquí, casi hasta las piedras son venenosas!

Por ejemplo, yo podría encontrarme en la playa esta aparentemente inocente concha de atractivo diseño y, como incauto turista que soy, podría agacharme a recogerla para observarla más de cerca.

Conus aulicus. by Udo Schmidt from Deutschland [CC BY-SA 2.0], via Wikimedia Commons

Cuando el gasterópodo que la habita (Conus aulicus) percibiese mis dedos intrusos alrededor de su hogar, lógicamente se sentiría amenazado, y con todo el derecho podría optar por inyectarme uno de los más potentes venenos que existen en la naturaleza. Para que aprenda.

A pesar de estas intensas emociones, la playa es uno de nuestros paseos preferidos. Aún no pierdo la esperanza de ver un cocodrilo marino Crocodrylus porosus (¡el mayor reptil del mundo! ¡7 metros de cocodrilo!), pero mientras nos podemos conformar con encuentros como éste:

carpet python
Aún pequeñita, ¿una pitón de alfombra (Morelia spilota)? - Foto by Josefin Sundin.
Otro hotspot para observar animales es el embarcadero de AIMS.

Por la noche hay una zona iluminada en el agua que atrae a cientos de peces. Se pueden ver enormes barramundis Lates calcarifer, varias especies de meros gordísimos (Ephinephelus sp?) e incluso varios tiburones (probablemente tiburones sarda Carcharhinus leucas... ¿alguien se anima a identificar?).
Tuve que ponerle música al video para que no se oyesen nuestros poco profesionales gritos de emoción...


Es sencillamente espectacular. Anoche incluso se acercaron un par de tortugas verdes (Chelonia mydas), nadando pacíficamente, ajenas al festival predatorio. Y detrás del muelle, en una zona que quedaba algo más oscura, un banco (bando?rebaño?) de rayas águila (quizá Aetobatus narinari?) se acercó a nosotros "volando" casi en la superficie.

Paseando por la carretera, o simplemente dando una vuelta alrededor de la casa, también te puedes encontrar muchos amigos. Por ejemplo, estos egregios sapos de caña Rhinella marina, que son quizá el ejemplo más famoso del peligro de introducir especies alóctonas en un nuevo ecosistema.

Rhinella marina


Hemos visto muchos más animales, pero la entrada va siendo ya larga, así que te dejo, como va siendo costumbre, con la foto de un arácnido aterrador, posando junto a mi sufrido teléfono.

Australian tarantula

Sospecho que esta chica debe pertenecer al género Phlogius o Coremiocnemis (¿algún aracnófilo que nos lo confirme?). Aquí se las llama tarántulas "silbadoras", porque son capaces de emitir silbidos mediante sus órganos estriduladores (frotando unos pelillos duros que tienen en los quelíceros).

Son artrópodos bastante longevos, pudiendo vivir las hembras hasta 30 años! (Los machos, sólo unos 8).

Para la (relativa) tranquilidad de mi madre, he de decir que con esta tarántula no jugué como con las tarántulas texanas, ya que el veneno de la australiana, aunque no me mataría, sí que podría tenerme vomitando durante varias horas. 

De todas formas, no hay que preocuparse mucho, ya que son bastante tímidas y no suelen alejarse de su madriguera.

Y con este fantástico animal me despido por hoy. Si te gustaron las fotos y los videos, iré poniendo más en facebook.

Y si te lo que te gustaría es trabajar en Australia, aquí publica AIMS sus ofertas de trabajo.


¡Un abrazo a todos desde Down Under!

AIMS scientists

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