Algunas ideas y sugerencias para comenzar o reorientar tu carrera de biólogo.
Últimamente, estoy escribiendo más en emails privados que aquí en el blog. Pero como algunos temas se repiten bastante en nuestros correos, quizá sea buena idea debatir esas preocupaciones aquí, en público, para que todos puedan aprovechar esa información y gente con más experiencia nos pueda aconsejar.
Uno de los temas estrella es, como sospecharás, el del título del post. En sus múltiples variantes:
- ¿Hay trabajo al terminar la carrera de biología?
- Estoy planteándome volver a la universidad y estudiar biología, ¿es buena idea?
- ¿Qué máster me recomiendas?
- No sé qué quiero hacer ¿Cómo descubro mi vocación?
- Y una vez encuentre mi vocación, ¿¿cómo encuentro trabajo??
Para empezar, full disclosure, lo que sigue es sólo mi opinión.
Esto es, la opinión de alguien que lleva trabajando de biólogo toda la vida, pero que también ha servido vino en eventos pijos, vendido alarmas de puerta en puerta, descargado muebles de barcos... Y que tampoco descarta volver a hacerlo.
Y mi opinión es que, como tú ya sabes, los tiempos están cambiando y ya no nos dan un trabajo por tener tal o cual título.
Antes, sí... todas las carreras tenían “salidas” y, al terminar, te “colocabas”. Quizá después de unas oposiciones, que aprobabas “al segundo o tercer año, normalmente”. Tras colocarte, con algo de suerte, tu puesto de trabajo podía durar toda la vida.
No importaba tanto que no tuvieras experiencia, porque el plan era moldearte. Hacer que tu perfil se fuera adaptando a la empresa en un proceso a largo plazo.
Internet, la globalización, la progresiva pero continua liberalización de los mercados y otras historias económicas que intuyo pero no termino de entender del todo están cambiando el paisaje laboral.
Básicamente, los mercados se mueven tan rápido hoy en día que las empresas tradicionales (e incluso los gobiernos) tienen problemas para adaptarse y sobrevivir.
¿Cómo se adaptan las empresas? Pues, por ejemplo, en vez de contratar a alguien para toda la vida, con un sueldo que dependa del tiempo que lleve en la empresa, una solución es hacer contratos temporales asociados a proyectos, con sueldos que dependan de los resultados.
Una consecuencia directa de este sistema es que las empresas buscan candidatos cada vez más específicos, que demuestren tener las habilidades necesarias para llevar a cabo un proyecto concreto.
Ya no pueden permitirse contratar a un chaval sin experiencia, recién salido de la carrera, porque para cuando terminen de formarlo, otra empresa les habrá robado el proyecto, y ya no necesitarán a ese nuevo trabajador.
Algunos han llegado a afirmar que los puestos de trabajo, tal y como los conocemos, van a desaparecer completamente y, ya desde los 90, recomendaban adaptarse a la nueva cultura: Crearse una “portfolio career” (cartera o abanico de trabajos; en vez de tener un sólo trabajo a tiempo completo, alternar varios trabajos a tiempo parcial, empresas propias, freelancing...).
Yo no creo que vayan a desaparecer todos los empleos tradicionales, pero está claro que cada vez hay menos. Menos contratos fijos, menos plazas para oposiciones... y cada vez más requisitos específicos para cada oferta de trabajo.
Y mi opinión es que, como tú ya sabes, los tiempos están cambiando y ya no nos dan un trabajo por tener tal o cual título.
Antes, sí... todas las carreras tenían “salidas” y, al terminar, te “colocabas”. Quizá después de unas oposiciones, que aprobabas “al segundo o tercer año, normalmente”. Tras colocarte, con algo de suerte, tu puesto de trabajo podía durar toda la vida.
No importaba tanto que no tuvieras experiencia, porque el plan era moldearte. Hacer que tu perfil se fuera adaptando a la empresa en un proceso a largo plazo.
Internet, la globalización, la progresiva pero continua liberalización de los mercados y otras historias económicas que intuyo pero no termino de entender del todo están cambiando el paisaje laboral.
Básicamente, los mercados se mueven tan rápido hoy en día que las empresas tradicionales (e incluso los gobiernos) tienen problemas para adaptarse y sobrevivir.
¿Cómo se adaptan las empresas? Pues, por ejemplo, en vez de contratar a alguien para toda la vida, con un sueldo que dependa del tiempo que lleve en la empresa, una solución es hacer contratos temporales asociados a proyectos, con sueldos que dependan de los resultados.
Una consecuencia directa de este sistema es que las empresas buscan candidatos cada vez más específicos, que demuestren tener las habilidades necesarias para llevar a cabo un proyecto concreto.
Ya no pueden permitirse contratar a un chaval sin experiencia, recién salido de la carrera, porque para cuando terminen de formarlo, otra empresa les habrá robado el proyecto, y ya no necesitarán a ese nuevo trabajador.
Algunos han llegado a afirmar que los puestos de trabajo, tal y como los conocemos, van a desaparecer completamente y, ya desde los 90, recomendaban adaptarse a la nueva cultura: Crearse una “portfolio career” (cartera o abanico de trabajos; en vez de tener un sólo trabajo a tiempo completo, alternar varios trabajos a tiempo parcial, empresas propias, freelancing...).
Yo no creo que vayan a desaparecer todos los empleos tradicionales, pero está claro que cada vez hay menos. Menos contratos fijos, menos plazas para oposiciones... y cada vez más requisitos específicos para cada oferta de trabajo.
Esto tiene ventajas y desventajas.
Por un lado, es cierto que la sensación es de más inestabilidad, más inseguridad... Por el otro, también significa más flexibilidad. La posibilidad de realizar el trabajo más adecuado a tus gustos y capacidades durante cada etapa de tu vida.
Antes, las empresas te adoptaban de jovencito y te moldeaban a su gusto durante años. Ahora tenemos la posibilidad de ir creando nosotros mismos nuestro perfil, proyecto a proyecto.
Idealmente, tendríamos que aprovechar esto y darle la vuelta a la tortilla en nuestra cabeza. En vez de dejar que circunstancias externas nos adapten a un puesto de trabajo, nosotros mismos deberíamos ir guiando nuestra formación para ELEGIR el trabajo que queremos desempeñar.
Idealmente, tendríamos que aprovechar esto y darle la vuelta a la tortilla en nuestra cabeza. En vez de dejar que circunstancias externas nos adapten a un puesto de trabajo, nosotros mismos deberíamos ir guiando nuestra formación para ELEGIR el trabajo que queremos desempeñar.
Vale, suena genial, ¿pero cómo empiezo?
¡Especialización! ¡Diferenciación! ¿Hacer un máster?
Lo has oído por todas partes. Yo también te lo he dicho alguna vez: ¡Especialízate! ¡Diferénciate!Como hoy en día hay tropecientos candidatos para cada oferta, para que tu CV no termine en el archivo circular, ha de tener más títulos con nombres rimbombantes que el CV de los demás candidatos.
Es cierto que a veces la cosa funciona así, y si una empresa quiere contratar, digamos, un gestor de residuos especializado en instalaciones agropecuarias de vacuno, quizá para ahorrarse tiempo leyendo CVs, decida usar como filtro el que tengas o no un máster especializado en caca de vaca.
Al fin y al cabo, es probable que alguien con ese máster sepa más que alguien sin él.
Esto es un problema, porque mucha gente sin ese máster ya sabía cómo hacer ese trabajo, ¡incluso antes de que se creara el máster!
La idea de los másters es buena: Ofrecen conocimiento más actualizado y práctico, te dan acceso a experiencia y contactos... Pero ten en cuenta que su función principal, en muchos casos, es ser rentable a los centros de enseñanza que los ofertan.
Mi paisano, el genial Ángel Alegre, escribió un post estupendo y sangrante que va a aclarar todas tus dudas sobre los masters. No es plan repetir aquí todas sus palabras, y algunas partes tendrían matices distintos en nuestro campo; por ahora me quedo con la siguiente idea.
- ¿Qué objetivo concreto tienes en mente con el máster?
- ¿Puedes alcanzar ese objetivo de otra forma más efectiva/barata/rápida?
Por ejemplo, yo no planeaba hacer un máster, pero había empezado el doctorado en España, y la legislación actual me obligaba a tener uno. Por suerte, me lo pagaba mi beca predoctoral. En mi caso, mi objetivo en ese momento era acceder al doctorado, y no había forma más efectiva que hacer un máster.
Imagina, sin embargo, que te planteas hacer un máster en administración de empresas, porque crees que te ayudará a encontrar trabajo en una gran farmacéutica. Todo hijo de vecino tiene ya un MBA de esos caros y prestigiosos; quizá sería mucho más efectivo usar ese dineral en montar tu propia empresa o ganar experiencia de primera mano con “angel investing”.
Lo más importante a la hora de decidir qué estudiar es tener claro para qué te van a servir esos estudios.
Es cierto que a veces la cosa funciona así, y si una empresa quiere contratar, digamos, un gestor de residuos especializado en instalaciones agropecuarias de vacuno, quizá para ahorrarse tiempo leyendo CVs, decida usar como filtro el que tengas o no un máster especializado en caca de vaca.
Experto en caca de la vaca (photo by Doug Beckers) |
Esto es un problema, porque mucha gente sin ese máster ya sabía cómo hacer ese trabajo, ¡incluso antes de que se creara el máster!
La idea de los másters es buena: Ofrecen conocimiento más actualizado y práctico, te dan acceso a experiencia y contactos... Pero ten en cuenta que su función principal, en muchos casos, es ser rentable a los centros de enseñanza que los ofertan.
Mi paisano, el genial Ángel Alegre, escribió un post estupendo y sangrante que va a aclarar todas tus dudas sobre los masters. No es plan repetir aquí todas sus palabras, y algunas partes tendrían matices distintos en nuestro campo; por ahora me quedo con la siguiente idea.
Básicamente, antes de estudiar un máster, pregúntate dos cosas:
- ¿Qué objetivo concreto tienes en mente con el máster?
- ¿Puedes alcanzar ese objetivo de otra forma más efectiva/barata/rápida?
Por ejemplo, yo no planeaba hacer un máster, pero había empezado el doctorado en España, y la legislación actual me obligaba a tener uno. Por suerte, me lo pagaba mi beca predoctoral. En mi caso, mi objetivo en ese momento era acceder al doctorado, y no había forma más efectiva que hacer un máster.
Imagina, sin embargo, que te planteas hacer un máster en administración de empresas, porque crees que te ayudará a encontrar trabajo en una gran farmacéutica. Todo hijo de vecino tiene ya un MBA de esos caros y prestigiosos; quizá sería mucho más efectivo usar ese dineral en montar tu propia empresa o ganar experiencia de primera mano con “angel investing”.
Lo más importante a la hora de decidir qué estudiar es tener claro para qué te van a servir esos estudios.
A lo mejor estudiar biología no es imprescindible para lo que quieres hacer…
Hace poco, @bichologo recopiló en un par de posts (1, 2) 26 de las profesiones más comunes que puede desempeñar un biólogo.
¿Cuántas de ellas crees que requieren específicamente un grado en biología?
¿Quince? ¿Diez? ¿¿Cinco??
Yo diría que de todas esas… quizá sólo una, la de biólogo funcionario. Y, si me apuras, tampoco… Siempre suele haber recovecos en las convocatorias.
Mucha gente me escribe preguntándome si es buena idea volver a la universidad para estudiar biología, después de haber estudiado otra carrera. Yo les respondo que, si tienen la oportunidad de hacerlo, lo hagan. Es una experiencia fantástica y aprender nunca está de más.
Pero que tampoco se agobien si no pueden: Dependiendo de tus objetivos, a lo mejor es más efectivo tirarte directamente a la piscina y aprender por tu cuenta la profesión que te interesa ahora.
Mi abuela siempre me dice que quiere verme en los documentales de la tele. Yo bromeo y le digo “Algún día, abuelita, algún día...” No sé si algún día me lo tomaré en serio, la verdad es que suena bien. Y supongo que haber estudiado biología tantos años me ayudaría.
Sin embargo, nada te impide llegar a ser divulgador naturalista incluso si tu carrera fue la de dentista, geógrafo, o jugador de tenis...
¿Quince? ¿Diez? ¿¿Cinco??
Yo diría que de todas esas… quizá sólo una, la de biólogo funcionario. Y, si me apuras, tampoco… Siempre suele haber recovecos en las convocatorias.
"Yo ya soy mayor ¿es muy tarde para mí?"
Pero que tampoco se agobien si no pueden: Dependiendo de tus objetivos, a lo mejor es más efectivo tirarte directamente a la piscina y aprender por tu cuenta la profesión que te interesa ahora.
Mi abuela siempre me dice que quiere verme en los documentales de la tele. Yo bromeo y le digo “Algún día, abuelita, algún día...” No sé si algún día me lo tomaré en serio, la verdad es que suena bien. Y supongo que haber estudiado biología tantos años me ayudaría.
Sin embargo, nada te impide llegar a ser divulgador naturalista incluso si tu carrera fue la de dentista, geógrafo, o jugador de tenis...
Podrás tener más o menos prestigio, te podrá resultar más complicado que a Sir David Attenborough, pero desde luego que lo puedes intentar.
Un amigo mío estudió para ser arqueólogo y se convirtió en un experto egiptólogo, pero se dio cuenta de que se aburría. Empezó a colaborar en trabajos de fauna, contactó a gente en la universidad, y terminó haciendo un doctorado sobre la colaboración entre aves de distintas especies para repeler ataques de predadores. Actualmente es un investigador postdoctoral en la Universidad de Uppsala, trabajando con éxito en la evolución de los cantos de las aves.
“¿Y para investigar? Yo quiero ser científico, y estudiar la evolución de las aves! ¿No necesito volver a la universidad y estudiar biología para eso?”
Un amigo mío estudió para ser arqueólogo y se convirtió en un experto egiptólogo, pero se dio cuenta de que se aburría. Empezó a colaborar en trabajos de fauna, contactó a gente en la universidad, y terminó haciendo un doctorado sobre la colaboración entre aves de distintas especies para repeler ataques de predadores. Actualmente es un investigador postdoctoral en la Universidad de Uppsala, trabajando con éxito en la evolución de los cantos de las aves.
¡Y nunca estudió una carrera de biología!
Ahora bien. tampoco les cuentes ahora a tus padres que no quieres estudiar porque lo has leido en un blog. Muchas de las profesiones que probablemente tienes en mente serán infinitamente más fáciles de alcanzar estudiando antes un grado en biología.
Desafortunadamente ¡no todos somos tan listos como Will Hunting! Él se había leído y memorizado TODOS los libros, mientras que el resto de los mortales no sabríamos por qué libro siquiera empezar.
Si tienes la oportunidad de estudiar una carrera, no la dejes pasar. Es ciertamente posible educarse a uno mismo, pero es mucho más sencillo y seguro dejarse guiar por profesores.
Cuando, tras estudiar una carrera, tengas una base firme y bien estructurada, te será mucho más fácil "hacer un Will", y buscar, escoger y entender nuevos conocimientos por tu cuenta.
En cualquier caso, estudiar durante varios años seguidos un tema concreto tiene muchas ventajas. La más obvia es que tendrás muchos más conocimientos sobre el tema. Pero la mejor ventaja es que tu cerebro cambia.
Ahora bien. tampoco les cuentes ahora a tus padres que no quieres estudiar porque lo has leido en un blog. Muchas de las profesiones que probablemente tienes en mente serán infinitamente más fáciles de alcanzar estudiando antes un grado en biología.
Una carrera universitaria casi nunca es una mala inversión
¿Te acuerdas de esta escena de Good Will Hunting?"...you dropped 150 grand on a fuckin' education you could have got for a dollar fifty in late charges at the public library!"Suena genial eso de no "malgastar" dinero en educación reglada, ¿verdad?
Desafortunadamente ¡no todos somos tan listos como Will Hunting! Él se había leído y memorizado TODOS los libros, mientras que el resto de los mortales no sabríamos por qué libro siquiera empezar.
Si tienes la oportunidad de estudiar una carrera, no la dejes pasar. Es ciertamente posible educarse a uno mismo, pero es mucho más sencillo y seguro dejarse guiar por profesores.
Cuando, tras estudiar una carrera, tengas una base firme y bien estructurada, te será mucho más fácil "hacer un Will", y buscar, escoger y entender nuevos conocimientos por tu cuenta.
En cualquier caso, estudiar durante varios años seguidos un tema concreto tiene muchas ventajas. La más obvia es que tendrás muchos más conocimientos sobre el tema. Pero la mejor ventaja es que tu cerebro cambia.
Es como un superpoder: Has entrenado tanto a tus neuronas que piensas más rápido, aprendes más rápido, sabes dónde buscar respuestas, sabes evaluar la calidad de la información... ¡Esto te puede sacar de muchos apuros en tu día a día!
Por ejemplo, hace poco me tocó sustituir a un profesor famoso en su clase de genética del comportamiento. En un primer momento me dije:
“En vaya berenjenal te has metido, macho. Tú de esto seguro que no te acuerdas, y habrá mil técnicas nuevas que no conoces!”
Pero cuando eché un vistazo al temario pensé: “¡Yo todo esto lo entiendo!”. No me costó nada preparar la clase. Y lo verdaderamente difícil fue no tratar de explicárselo TODO a los alumnos.
El que me resultase sorprendentemente fácil no tuvo mucho que ver con mi sagaz inteligencia (al fin y al cabo, en la carrera sudé una barbaridad para aprobar las asignaturas de genética).
No. Fueron tropecientos años de carrera, doctorado y postdoc los que me dieron la habilidad de entender y relacionar conceptos, incluso si eran nuevos, o los había olvidado.
Lo importante es elegir bien: Hazlo con un objetivo en mente
Estudiar nunca está de más. Cuanto más conocimiento y práctica acumules al principio de tu carrera, más sencillo te resultará todo después, y más fácil te será conseguir el trabajo ideal.Si, además, mantienes una imagen concreta, un objetivo específico en tu mente a la hora de elegir tus estudios, todo irá mucho mejor.
¿Y si aún no sé lo que quiero?
“Quiero ser biólogo” quizá es un objetivo demasiado general, pero es un buen lugar para empezar. Lo que te recomiendo es ir probando caminos. Voluntariados, prácticas, proyectos cortos...En muchos casos, no necesitas que alguien te ofrezca un voluntariado o unas prácticas para probar si ese empleo te gusta:
¿Crees que te gustaría ser educador ambiental? Organiza una charla sobre reciclaje en tu antigua colegio, pon un anuncio en la biblioteca pidiendo voluntarios para hacer una limpieza en el río, aprende por internet a construir cajas nido y convence a una tienda local para donar los materiales...
¿Divulgador científico? Crea un perfil en twitter y comenta brevemente las noticias que te interesen, abre un blog y entrevista a científicos, cuélate en congresos y hazte fotos con ellos...
Así, mientras buscas tu vocación activamente, estarás creando valiosas lineas en tu CV. Las que luego verdaderamente te van a diferenciar de tus compañeros de carrera. Resultados tangibles.
Y mientras identificas tu objetivo, dedícate a entrenar habilidades específicas y transferibles.
Habilidades transferibles
En otro artículo ya sugerí algunas habilidades específicas o técnicas que, según mi opinión, deberíamos entrenar los biólogos para maximizar nuestra futura “empleabilidad”. Son habilidades excelentes, hay muchas más. Escoge una o dos y a practicar.
Brian Fetherstonhaugh, además de tener un apellido complicadísimo, es un crack planificando carreras. Hace un tiempo escribió un estupendo artículo/guía de ruta para los que están comenzando su carrera laboral o planeando redirigirla.
En el artículo, Brian explica que la primera fase de la carrera debería consistir en atesorar tres tipos de “combustible” para alimentar nuestro potencial de éxito: Habilidades transferibles, Contactos y Experiencias.
Te recomiendo que, en cuanto acabes de leer aquí, leas el artículo completo, pero ahora mismo nos vamos a centrar sólo en las habilidades transferibles, que son las habilidades fundamentales en las que se basa el éxito de cualquier carrera:
Está claro que manejarse con soltura en la web va a ser cada vez más importante y, junto con hablar inglés, se está convirtiendo ya en un requisito básico de cualquier puesto de trabajo.
Trata de identificar formas de entrenar esas habilidades y, más importante aún, de demostrarlas. Deberían aparecer en tu CV en forma de logros y experiencias.
No te agobies, porque las oportunidades para practicar habilidades transferibles están por todas partes. Por ejemplo, el verano que me pasé vendiendo alarmas de puerta en puerta fue un entrenamiento fantástico en ventas y comunicaciones.
Y, por cierto, ¿te has fijado en que un doctorado marca todas esas casillas de habilidades? ¡No me vuelvas a escribir contándome que tu doctorado fueron años perdidos!
Mira a ver si en todos esos perfiles puedes encontrar información sobre dónde colaborar, o incluso, ¡contacta con ellos si crees que te pueden dar una oportunidad!
Pongamos que te planteas estudiar una habilidad técnica como programar en python, y quieres saber a qué tipo de trabajos podrías acceder si aprendes esa nueva habilidad.
Nada más sencillo que usar el buscador de Linkedin.
¿Quieres saber dónde puedes llegar aprendiendo una nueva habilidad? Búscala en linkedin y explora las ofertas de trabajo y los perfiles de gente que ya tenga esa habilidad. ¿Te gusta lo que ves? ¿Crees que podría interesarte tener un perfil así? ¡Pues adelante!
Como siempre, he terminado enrollándome como las persianas. ¡Espero que al menos te haya dado algunas ideas! Aquí van las más importantes:
Te recomiendo que, en cuanto acabes de leer aquí, leas el artículo completo, pero ahora mismo nos vamos a centrar sólo en las habilidades transferibles, que son las habilidades fundamentales en las que se basa el éxito de cualquier carrera:
- Habilidad para resolver problemas: ¿Sabes identificar un problema y planificar una solución?
- Comunicaciones: ¿Puedes hablar y escribir de forma persuasiva?
- Ventas: ¿Sabes vender, negociar y cerrar un trato?
- Análisis: ¿Puedes sacar conclusiones importantes a partir de una base de datos?
- Equipo: ¿Puedes guiar un equipo para alcanzar un objetivo?
- Talento: ¿Eres capaz de atraer y desarrollar talento a tu alrededor?
- Riesgo y juicio: ¿Sabes cómo tomar decisiones y analizar riesgos?
Está claro que manejarse con soltura en la web va a ser cada vez más importante y, junto con hablar inglés, se está convirtiendo ya en un requisito básico de cualquier puesto de trabajo.
Trata de identificar formas de entrenar esas habilidades y, más importante aún, de demostrarlas. Deberían aparecer en tu CV en forma de logros y experiencias.
“¿Y de dónde saco yo tiempo para practicar todas estas habilidades? ¡Si entre la carrera y trabajar no me da!”
No te agobies, porque las oportunidades para practicar habilidades transferibles están por todas partes. Por ejemplo, el verano que me pasé vendiendo alarmas de puerta en puerta fue un entrenamiento fantástico en ventas y comunicaciones.
Y, por cierto, ¿te has fijado en que un doctorado marca todas esas casillas de habilidades? ¡No me vuelvas a escribir contándome que tu doctorado fueron años perdidos!
Una forma de identificar objetivos y las habilidades necesarias para conseguirlos
¿Quieres saber dónde encontrar prácticas, voluntariados y experiencia para conseguir un puesto de trabajo concreto?
Un truco muy sencillo. Desde tu perfil en Linkedin, busca a gente que esté trabajando en lo que a ti te gustaría trabajar. Explora y estudia sus perfiles.- ¿Qué hicieron para llegar a donde están?
- ¿Dónde hicieron voluntariados y prácticas?
Mira a ver si en todos esos perfiles puedes encontrar información sobre dónde colaborar, o incluso, ¡contacta con ellos si crees que te pueden dar una oportunidad!
Otro ejemplo: Usar Linkedin para elegir qué habilidad técnica estudiar
Pongamos que te planteas estudiar una habilidad técnica como programar en python, y quieres saber a qué tipo de trabajos podrías acceder si aprendes esa nueva habilidad.Nada más sencillo que usar el buscador de Linkedin.
¿Quieres saber dónde puedes llegar aprendiendo una nueva habilidad? Búscala en linkedin y explora las ofertas de trabajo y los perfiles de gente que ya tenga esa habilidad. ¿Te gusta lo que ves? ¿Crees que podría interesarte tener un perfil así? ¡Pues adelante!
Como siempre, he terminado enrollándome como las persianas. ¡Espero que al menos te haya dado algunas ideas! Aquí van las más importantes:
- Estudiar nunca está de más. Si tienes la oportunidad, el tiempo, y las ganas, adelante. Sólo recuerda: le sacarás mucho más provecho si lo haces con un objetivo concreto en la mente.
- Mientras decides cuál será tu vocación concreta, dedícate a conseguir recursos vitales: Habilidades, contactos y experiencias.
- Elige tu carrera para obtener conocimiento global y crecer como persona, aprende habilidades específicas por tu cuenta para conseguir tu trabajo ideal.
- Cuando tengas claro a qué te quieres dedicar, analiza los perfiles de la gente que ya trabaje de eso con más éxito y averigua qué hicieron para llegar donde están ahora. Ajusta tus habilidades basándote en esa información.
¡Que comience el debate! ¿Qué opinas? ¿Cuál es tu experiencia planificando tu carrera hasta ahora?
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