Cómo conseguir trabajo tras una pandemia (Parte 1: Esto es gordo) ~ Bioblogia.net

15 de abril de 2020

Cómo conseguir trabajo tras una pandemia (Parte 1: Esto es gordo)




Este artículo es una rama evolutiva inesperada que surgió de mi diario.

Estamos viviendo algo histórico
y pensé que a mi sobrinita le gustaría leer, dentro de unos años, cómo me afectó la pandemia personalmente. Sin embargo, según fui escribiendo, se me fue de las manos y se convirtió en un texto más estratégico que descriptivo.

Así que, como hacía mucho que no escribía en el blog, me vine arriba, y aquí estamos.

He dividido el artículo en dos partes: Ésta, incluyendo mis impresiones y algunas predicciones, y una segunda parte donde sugiero varias habilidades que podemos usar para aprovechar las oportunidades que esconde esta situación.

Aún queda mucho, me temo, para que pase todo esto. Y sospecho que el panorama laboral va a cambiar bastante. Por eso, precisamente, éste es el mejor momento para empezar a planear tu estrategia. 

A ver si hay suerte y las cosas en las que he estado pensando estas últimas semanas mientras paseo por el bosque te sirven para empezar a prepararte. Espero que, al menos, te resulte interesante (por cierto, aprovecho para dar las gracias a los miembros del Biogrupo, por su ayuda a la hora de editar este artículo).

Premeditatio Malorum

Nadie sabe cómo va a evolucionar este problema. Ni siquiera los expertos parecen ponerse de acuerdo en las medidas apropiadas. ¿Por qué molestarnos nosotros en hacer predicciones?

Porque lo importante no es acertar con las predicciones, sino prepararse para cualquiera de los desenlaces. Sobre todo, los peores.

Ponernos en lo peor es un ejercicio estoico que Séneca proponía ya hace dos milenios y que ahora vuelve a estar muy de moda en las cuentas de instagram de los famosos, pero no por ello deja de ser efectivo.

Séneca diría algo así como:
“Los inesperados golpes de la fortuna son los más dañinos y dolorosos, por ello el hombre sabio medita sobre ellos de antemano”
Adaptado en reddit de un comic de Mr Lovenstein


En pocas palabras: Seamos positivos, pero no tontos.

Y siguiendo esa misma linea de pensamiento, mi cruda opinión personal:

Esto es gordo

El efecto de los (cientos de miles de) muertos que la pandemia nos traerá en los próximos meses es imposible de calibrar.

Por un lado, solemos volvernos bastante “insensibles” a las cifras. Por ejemplo, ¿te acuerdas del 11M? ¿El ataque yihadista en los trenes de cercanías de Madrid? 

Fue el mayor atentado terrorista perpetrado en España hasta la fecha. ¿Recuerdas cuánta gente murió en ese atentado?

193 personas.

Alucina. Ahora mismo, mientras escribo esto, es como si estuviéramos sufriendo más de 4 de esos atentados CADA DÍA (salvando las obvias diferencias).

Es brutal cuando lo piensas… y sin embargo nos resulta relativamente fácil adaptarnos. Pensamos en otra cosa, aplaudimos, compartimos por el wassap memes de gente bailando con ataúdes… Somos resilientes.

Y, sin embargo, es imposible que esta tragedia no nos acabe marcando de alguna forma que aún no podemos predecir.

Por otra parte, tenemos el efecto en la economía, que sí es más fácil de calibrar.

Como sabes, el mayor problema en sí no es la mortalidad del virus, si no cómo evitar que todo el mundo se infecte al mismo tiempo y sature los hospitales. 

La famosa gráfica de “aplanar la curva”


Por eso, la situación más probable para los próximos meses consistirá en un bloqueo intenso de varias semanas (nuestra querida cuarentena) y, después, ciclos alternados con distintos niveles de medidas, más o menos contundentes, según suban o bajen las infecciones.

Este proceso seguirá así hasta que identifiquemos medicamentos para tratar los síntomas y reducir el número de ingresados (con suerte, en pocos meses) o la esperada vacuna (1 añito mínimo).

Y cuanto más tardemos en atajar la pandemia, peores serán los efectos en cascada que se irán produciendo.

Efectos en cadena: recesión, desempleo, energía, política...

La cuarentena es una medida necesaria. Si no se hubiera hecho, el número de víctimas podría haber sido muchísimo mayor.

El problema es que detener la actividad de un montón de países durante varias semanas tiene efectos devastadores sobre la economía. Y eso, a su vez, genera problemas en cascada muy difíciles de cuantificar.

De ahí que los gobiernos parezcan indecisos: ¿Cuándo es el mejor momento para aplicar medidas de contención?
  • Si aplicas medidas fuertes al principio, salvas más vidas ahora, pero pierdes enormes cantidades de dinero que seguro luego vas a necesitar durante la recuperación.
  • Si tardas un poco más en aplicar medidas, pierdes menos dinero, pero arriesgas muchísimas más vidas, generas caos, desconfianza…
No quiero imaginarme el estrés de los asesores, corriendo modelos estadísticos sin parar, para aconsejar las mejores opciones... y el de los políticos tratando de justificar sus decisiones. Jaime Rodríguez de Santiago lo comentaba muy acertadamente en este capítulo de su estupendo podcast.

De cualquier manera, hay algo que está claro: el mundo entero está sufriendo pérdidas millonarias, a niveles desconocidos hasta ahora, y eso va traer consecuencias de primer, segundo… y muchos órdenes (¡no todas malas, espero!).

Voy a repasar algunas de esas consecuencias - muy por encima y desde mi limitado conocimiento - como ejercicio mental para guiar futuras decisiones (y porque es una excusa estupenda para procrastinar).

Desempleo

Una de las primeras consecuencias ya se está notando. Aluciné con esta gráfica de hace unos días. Es probable que cuando leas esto, sea mucho peor (*Actualización: El Finantial Times me borró la gráfica, así que te pongo un meme. Pero sí, mucho peor... ¡22 millones de parados más en un mes!).


Así sin anestesia y simplificando mucho, esa gráfica sugiere que la crisis que se nos viene encima puede ser 10 veces peor que la de 2008. (¿20 veces?). De hecho, se empieza a comparar con los efectos de la Segunda Guerra Mundial.

La gráfica es de EEUU, pero este efecto se está detectando a nivel global. Por ejemplo, en España también hemos tenido récord histórico de pérdida de empleo (¡más de 800.000 empleos destruidos de unas pocas semanas!).

La esperanza es que parte de estos empleos perdidos se puedan recuperar, una vez las medidas de cuarentena se relajen, y las empresas que sobrevivan la tormenta puedan volver a contratar, pero…¿cuáles sobrevivirán? y ¿cuántas resistiran varias cuarentenas?

Desafortunadamente, teníamos otra tormenta desatándose al mismo tiempo...

Energía

Tela con el mes de marzo 2020.

Con el mundo entero tirao en el sofá y los aviones en los hangares, la demanda de petróleo ha caído muchísimo. Como nadie compra, los precios han ido bajando hasta alcanzar niveles de saldo.

Esto viene de perlas a países importadores como España, que ven reducida su factura energética justo en el momento más necesario (¡yipie!). Lo que nos ahorramos en combustible, podemos emplearlo en atajar el coronavirus.

Para los países productores, sin embargo, esto es una calamidad. Te puedes imaginar lo que se le viene encima a Nigeria o Venezuela, que básicamente dependen de vender su petróleo para sobrevivir. Es como si, de repente, te reducen el sueldo a más de la mitad. ¿Qué haces?

El precio que debe tener el barril en varios países para que no se descalabre su presupuesto. En el momento de escribir esto, el precio ronda los 30$ Brrrr… De Dyfed Loesche - Statista  
Por eso (y por muchas otras complicadas razones geo-político-estratégicas) las grandes potencias productoras habían ido creando alianzas para regular la producción: por ejemplo, si el precio bajaba, ponían menos petróleo en el mercado para reducir la oferta y que el precio volviera a subir.

En los albores de la pandemia, Rusia y Arabia Saudita, líderes de una de esas alianzas (la OPEP+) andaban negociando eso mismo:
“Cierra el grifo, Manolo, que mira la que se nos viene encima”.
Aquí entra en juego otro montón de factores geopolíticos que ríete tú de Juego de Tronos. No voy a enredarme a contarlo, primero, porque lo mío es la biología -y raspadito- y segundo, porque el artículo tampoco va por ahí (pero si te mola el tema, luego te pongo algún link. Eso sí, te aviso: corres el riesgo de perder el día procrastinando).

El caso es que Arabia se cabreó porque Rusia no cumplía su parte del trato y, en vez de frenar la producción, desde primeros de marzo 2020 está sacando aún más petróleo a precio de saldo. Y esto, unido al efecto devastador del coronavirus sobre la demanda, está liándola pardísima en toda la cadena de suministro: refinerías, transporte, almacenamiento… Y asustando a futuros inversores.

Como decía antes, a corto plazo y para países importadores, este pifostio puede ser temporalmente positivo. Incluso, si no estuviéramos liados con el coronavirus, podría servir para facilitar la transición hacia energías más limpias.

Sin embargo, a medio/largo plazo, ¿qué efecto puede tener que muchas petroleras, empresas relacionadas, e incluso algunos países productores entren en bancarrota?

Con suerte, en unos días, se llegará a un acuerdo (esto es insostenible para todos los implicados) y aceptarán cerrar el grifo, reduciendo varios millones de barriles, y la cosa se calmará un poco. Mi cuñado-análisis envejecerá muy rápido, pero sospecho que no acabará aquí el capítulo de Juego de Tronos.

Si te interesa el tema, la IEA tiene artículos muy chulos (en éste, por ej. explica mucho mejor lo que acabo de contar) y boletines de novedades estupendos (yo leo el Energy Mix).

*Actualización: A 10 de Abril, han acordado reducir la producción unos 10M de barriles, pero parece no ser suficiente para frenar la caída de precios.

* A 14 de Abril, el recorte acordado casi se dobla, pero para algunos analistas parece no ser suficiente.

Política

Cuando era más jovencito, lo confieso: la política me la traía al pairo.

Ahora me intereso bastante más, aunque la parte superficial tampoco es que sea muy agradable. La estrategia política actual, de cara al público, es algo cutre, basada mayoritariamente en la manipulación vulgar y el showmanismo. Al menos de puertas afuera, esto es un patio de juegos en el que sólo valen medias mentiras, bulos de whatsapp y bots de tuiter. ¡Con lo que molaban los discursos del senado romano!

Sin embargo, estar al tanto de la política nos conviene. Sobre todo, al gremio biológico y medio ambiental. En estos momentos estamos siendo testigos de la brutal importancia de las políticas estables de inversión en ciencia, conservación, salud… tradicionalmente menospreciadas por el cortoplacismo.

Y si nosotros, los que mejor entendemos esa importancia, no estamos encima, nadie lo va a estar. Es nuestra responsabilidad.

El otro día, hablaba con un amigo y comentábamos que un problema de la recesión es la altísima probabilidad de que empeore el nivel de la política en muchos países. Mi amigo dijo algo que me impresionó:
“Espero equivocarme, pero si antes nos reíamos de Trump, ahora vamos a desear tener uno como él, porque los que vienen van a ser incluso peores”.

¿Quieres que alguien aún menos preparado tome las decisiones de inversión en Ciencia en tu país?

Mi amigo tiene toda la razón. Cuando hay escasez, florecen los populismos y la gente desesperada tiende a votar al candidato que más grita. Y a menudo, tristemente, acaban votando en contra de sus propios intereses.

Bueno, no quiero ser del todo pesimista. Como proponía el otro día Ed Yong (uno de mis divulgadores de ciencia favoritos) en The Atlantic, otra opción es que - parafraseo-
“... esta cuarentena que tanto tiempo nos ha separado, irónicamente acabe por hacernos sentir más cerca unos de otros. Que pasemos de proteccionismo y aislamiento a más cooperación internacional, como ocurrió tras la Segunda Guerra Mundial. Que reaccionemos espoleando la inversión en ciencia, atrayendo mentes brillantes y fomentando jóvenes vocaciones (“los chavales de la generación Coronavirus escribiendo redacciones sobre convertirse en epidemiólogos cuando sean mayores”). Que colaboremos a nivel global, para prepararnos juntos contra futuras pandemias…”
y para lo que se nos viene encima…

La madre de todos los problemas:

Encontré este brillante "chiste" aquí. Si alguien conoce la fuente original, ¡que me avise!

¿Cómo afectará esta situación a biólogos, científicos y profesionales del medioambiente? Locas predicciones

Podría escribir libros enteros haciendo predicciones, pero en el fondo, reitero, nadie sabe exactamente cómo evolucionará la situación. 

En parte, confieso que hago esto porque me entretiene, pero también, como decíamos antes, porque  practicar la crítica y la observación del entorno es siempre un buen entrenamiento mental.

Anunciado el disclaimer, vamos a ello:

Locas - y no tan locas - predicciones

Recesión y desempleo

  • Como vaticinábamos más arriba, la crisis que viene va a dejar en ridículo a la de 2008. En España, el sector terciario (sobre todo el relacionado con el turismo) será el más tocado y habrá una enorme presión social sobre el gobierno para obtener soluciones inmediatas. Como tradicionalmente suele ser el sector que reacciona más rápido (es muy fácil contratar camareros) y de forma más vistosa (“¡100.000 nuevos empleos en verano! ¡Récord de afiliación!”), sospecho que el grueso de las medidas de recuperación irán por ahí.
  • La oposición se va a cebar (con este gobierno y con el próximo) y será aún más difícil no conformarse con medidas cortoplacistas. En cuanto pase lo gordo de la pandemia, volverá el conflicto catalán, azuzado por todos los frentes, a distraernos de los problemas más acuciantes. Florecerán las causas populistas y las banderas de todos los colores (parece que ya está ocurriendo).
  • Y, a falta de milagros médicos, los repuntes volverán, lo que nos obligará a repetir las cuarentenas, hundiéndonos aún más en la recesión. Soy escéptico con todos los modelos, pero, por ejemplo, ayer salió esto en la Science: Pinta que harán falta cuarentenas/medidas de separación hasta por lo menos 2022 y que el riesgo de recaída puede durar hasta 2024. 
  • En definitiva, sospecho que la vida a la que estábamos acostumbrados no va a volver, al menos por los próximos dos años. Ayer también (14 de Abril), Ed Yong citaba en otro artículo-mazazo, a Devi Sridhar, un experto en salud pública de la Universidad de Edimburgo:
“Todo el mundo quiere saber cuándo terminará esto. Esa no es la pregunta correcta. La pregunta correcta es: ¿Cómo continuamos?"
Por todo eso, aunque me encantaría equivocarme, lo más probable es que se reduzca enormemente la inversión en todo lo relacionado con la ciencia, la biología y el medioambiente. 

Se podría argumentar que la microbiología/virología/epidemiología se habrían de salvar después de esto, pero me temo que, al menos en España, no va a haber excepciones.

El hachazo va a ser de órdago.

Transporte y Fronteras

  • Los primeros meses va a ser muy difícil planear viajes al extranjero. A falta de soluciones definitivas (la vacuna o los antivirales), los países tendrán que seguir jugando con las medidas de contención. Por ejemplo, probablemente, con nuestros niveles de infección, a los españoles tardarán en abrirnos las fronteras en otros países. Y una vez lo hagan, lo normal es que se nos obligue a pasar una cuarentena en algún hostal antes de dejarnos libres.
  • En general, el turismo va a tardar en reactivarse. Aunque, quién sabe, quizá sea lo que más valore la gente tras tanto tiempo encerrados y a medio plazo la demanda crezca mucho más.
  • Lo que sí podemos augurar es que las rutas se van a reducir al máximo. No va a ser rentable tener tantas opciones como hasta ahora. Y es probable que haya grandes descuentos puntuales, pero en general será más difícil volar a un destino concreto.
  • Todo esto, y con muchas ramificaciones, también se verá influido por los probables vaivenes que dé el petróleo. Mi cuñado-predicción es que los precios del petróleo van a fluctuar de forma salvaje, provocando montones de efectos en cascada: aranceles, bancarrotas, guerras comerciales… y no descartemos guerras de las de verdad (lo típico, por el control de la energía, pero inventando enemigos comunes como distracción social).
De modo que, dentro de nuestro gremio, sectores como el ecoturismo y la conservación en los países menos avanzados sufrirán el mayor mazazo, aunque quizá esto abra la puerta a soluciones inventivas e incremente la calidad de la oferta. Yo sigo cruzando los dedos para poder ir de expedición en Octubre, pero pinta bastante gris…

Al alba, mira al Este

Y, sin embargo, ahora más que nunca, tenemos que resistir. Como decía arriba, se nos acerca la madre de todas las crisis y nuestro gremio tiene más responsabilidad que nunca.

Nosotros - perdonadme la frikada- somos los Rohirrim de estos tiempos difíciles.



Hace unos días, Kristi Foster, de Conservation Careers, publicó en Mongabay este articulazo, con un análisis mucho menos cuñado y friki que el mío, pero igual de gris. Afortunadamente, acababa con un párrafo que casi me hizo levantarme de la silla, empuñar el palo de la fregona, y salir corriendo por el pasillo en busca de orcos.
“Ahora no es el momento de olvidar a los profesionales de la conservación hasta que se recupere la economía. No es el momento de echar a perder la pasión y las habilidades de las nuevas generaciones de conservacionistas, que temen la falta de empleos y la inseguridad laboral.
Ahora es el momento de aceptar que la naturaleza es el futuro de nuestras economías y nuestra salud, y de hacer que la conservación sea un área clave de creación de empleo en el futuro. Porque algo incluso peor que lo que el mundo está sufriendo ahora mismo es el riesgo de caer otra vez en los viejos hábitos, distracciones, negación y falsa sensación de invencibilidad - hasta que nos golpee el próximo desastre
Está claro, tenemos que ponernos las pilas.

Entonces...

¿Qué podemos hacer para prepararnos?

Hace tiempo escribí un artículo sobre el mismo tema:

4 habilidades que puedes mejorar desde YA para encontrar trabajo como biólogo

Es uno de los artículos más populares del blog y las propuestas que daba allí me siguen pareciendo acertadas. ¡Vuelve a echarle un vistazo!

Sin embargo, en esta era oscura, es imperativo ir más allá. Necesitamos verdaderos superpoderes, habilidades especiales que nos ayuden a identificar las oportunidades ocultas en este desastre y nos permitan regresar, fortalecidos, al campo de batalla laboral.

Te lo cuento en la segunda parte. Puedes ir a hacerte un café, porque también es detallada.

Y ve afilando tu espada.

¡Por Gondor!

Yo me pido ser Gandalf





















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